Informe realizado
Para la población migrante y refugiada es un hecho que la violencia formará parte de su trayecto. En el caso de las mujeres, esta situación se agrava por las condiciones de vulnerabilidad a las que se ven sujetas, producto de las problemáticas sociales, económicas y culturales; problemáticas que multiplican los riesgos en un contexto que carece del cuidado de los Estados, y donde la ley la impone el crimen organizado y el control territorial que pretenden ejercer los Estados en las rutas migratorias para desarrollar sus modelos económicos neoliberales.
Guatemala y México comparten no sólo una extensa frontera, sino que a través de la historia los pueblos, especialmente los de origen maya, han convivido por medio del intercambio económico y cultural. Este intercambio se ha visto afectado directamente por las políticas y leyes impuestas a los pueblos originarios y que responden sobre todo a intereses económicos de pequeños grupos, conectados con empresas y en muchos casos con el crimen organizado y autoridades corruptas. Estos actores ven en las poblaciones migrantes vehículos para obtener beneficios a base de la explotación y la extorsión y persiguen intereses económicos y de megaproyectos en zonas de tránsito y destino migratorio, donde con la excusa de las migraciones refuerzan su control territorial y la represión de la población.
El propósito de este libro es evidenciar la situación de las mujeres en la migración. La mayoría de estudios sobre migración se refieren en general a los migrantes, pero sólo algunos de ellos tienen una mirada de género, que permite dar cuenta de la condición, posición y situación de las mujeres en los contextos migratorios.
Con esa mirada específica se revelan situaciones de violencia de género e institucionales que interesaban destacar con este estudio, que fue realizado por tres organizaciones que abordan, en diferentes zonas, aspectos sociales vinculados a la realidad migratoria que se vive en Mesoamérica, en particular en el sur de México en el caso de Voces Mesoamericanas Acción con Pueblos Migrantes en la región de Los Altos de Chiapas; el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova en la región del Soconusco; y, en Guatemala, el Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial (ECAP).