Las condiciones en Haití exigen la concesión del estatuto de refugiado a las personas haitianas solicitantes de asilo en México en virtud de la Declaración de Cartagena

Las condiciones en Haití exigen la concesión del estatuto de refugiado a las personas haitianas  solicitantes de asilo en México en virtud de la Declaración de Cartagena

Chiapas, México 
23 de abril 2024

(Tapachula/Nueva York, 23 de abril de 2024)— La crisis política, social y económica que atraviesa Haití, ha forzados a decenas de miles de personas haitianas a huir, y ante esto, México debe cumplir con las obligaciones legales establecidas en la Declaración de Cartagena (1984) y conceder el estatuto de refugiados a los solicitantes de asilo provenientes de dicho país, tal como se señala en el informe El momento es ahora: México debe otorgar a las personas haitianas protección como refugiadas en virtud de la Declaración de Cartagena, elaborado por el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova A.C. y la Global Justice Clinic de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York (NYU).

Ante la llegada de más de 43 mil personas solicitantes de asilo haitianas a México solo en el año 2023, producto de la violencia generalizada y el debilitamiento institucional en Haití, el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova y la Global Justice Clinic recogen en dicho informe las causas que han obligado a la población haitiana a desplazarse por las Américas, así como un conjunto de recomendaciones para ampliar y garantizar la protección de las personas haitianas.

El informe llega en un momento crítico. Haití se enfrenta actualmente a una violencia extraordinaria y a un colapso casi total de las instituciones estatales. Los grupos armados, también conocidos como bandas armadas, han matado a más de 1.500 personas en los tres primeros meses de 2024, han provocado el desplazamiento interno de más de 360.000 personas y se han tomado el control de la capital, los puertos y los hospitales. La violencia sexual es endémica. Haití carece de poder judicial y legislativo, y su primer ministro no electo no puede entrar en el país. El difunto gobierno es incapaz de satisfacer las necesidades básicas de su población. La escalada de violencia y los ataques selectivos contra las infraestructuras gubernamentales han sumido a Haití en un estado de emergencia permanente. Hoy, las condiciones en Haití son comparables a las de naciones en guerra.