Informe del monitoreo de derechos humanos del éxodo centroamericano en el sureste mexicano: octubre 2018-febrero 2019.

Informe del monitoreo de derechos humanos del éxodo centroamericano en el sureste mexicano: octubre 2018-febrero 2019.

Informe realizado por el Colectivo de Monitoreo de Derechos Humanos en la Frontera Sur de México, abril 2019

El pasado 13 de octubre de 2018 salió de San Pedro Sula, Honduras, el primer grupo de la llamada “Caravana de migrantes” centroamericanos, conformado por más de 7,000 personas, desplazadas por el contexto de violencia y pobreza generalizadas en Centroamérica. Este grupo estaba integrado por miles de personas con necesidades de protección específicas, entre ellas niñas, niños, adolescentes, familias, mujeres embarazadas, adultos mayores, personas con discapacidades, periodistas, integrantes de la comunidad LGBTTI, víctimas de persecución, sobrevivientes de violencia sexual y de género, defensores y defensoras de derechos humanos. 

Posteriormente, durante octubre y noviembre, se sumaron otros grupos, complejizando las características de este gran movimiento migratorio, y con ello, los retos para atender a sus necesidades, y defender y garantizar sus derechos humanos. Este fenómeno, también llamado “Éxodo”101, demuestra que la región centroamericana se encuentra ante un nuevo paradigma migratorio. Frente a las políticas de violencia, exclusión y despojo vigentes en los países de origen, las personas salieron de la “clandestinidad” para conformar un sujeto migrante colectivo, con voz propia, que decidió caminar en grupo para reducir los costos y los peligros a los que están usualmente expuestos en la ruta migratoria202. 

Las causas sistémicas que motivan a las personas centroamericanas a partir de sus lugares de origen existen y persisten desde hace muchos años, pero la diferencia en la dinámica migratoria actual se ha dado por la coincidencia de diferentes perfiles sociales y en el número de personas que se han ido movilizando contemporáneamente. La crisis social no es nueva en su centralidad como motor de esta migración. El sistema mortal que la nutre la hace cada vez más virulenta e insoportable, y genera, como en esta ocasión un Éxodo Centroamericano continuo y masivo.La auto protección de las personas, conscientes de los riesgos que asumen en la ruta, ha favorecido la expansión progresiva de este movimiento en colectivo. Este Éxodo Centroamericano puede ser entendido como una expresión de desesperación y resistencia de un amplio sector de la población que decidió afrontar las adversas condiciones de pobreza, violencia y explotación, con el fin de mantener la vida y la integridad propia, de sus familias, comunidades y pueblos, al encontrar condiciones dignas de seguridad y bienestar en México o los Estados Unidos. 

En este contexto, organizaciones civiles, centros de derechos humanos, grupos comunitarios y colectivos organizados, con o sin trabajo directo con poblaciones migrantes, nos articulamos a partir de la llegada del primer grupo de migrantes centroamericanos. Decidimos realizar un trabajo de monitoreo sobre la situación de los derechos humanos de las personas desplazadas forzadas y de activación de mecanismos de protección en situaciones críticas. Así, se constituyó el Colectivo de Monitoreo de Derechos Humanos en Chiapas, Oaxaca y Veracruz, para documentar, en principio, el contexto general de las condiciones de movilidad de acuerdo con las dinámicas diarias de los grupos y las acciones del Estado mexicano. Así como, dar seguimiento a casos y situaciones críticas, canalizar a personas o grupos hacia instituciones responsables de activar mecanismos de protección internacional y garantizar derechos. De lo anterior fuimos elaborando reportes difundidos diariamente como “Éxodo Migrante/Actualización”, comunicados urgentes y medidas cautelares ante la CNDH y CIDH.